Verduras y niños, ¿Cómo fomentar que las consuman?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los primeros años de vida marcan en gran parte los hábitos de alimentación y las enfermedades que se podrían padecer en la edad adulta. Los especialistas aseguran que en la infancia, la dieta tiene que ser equilibrada e individualizada.
Y a pesar de lo que pudiera parecer, España se sitúa entre los países europeos con uno de los índices más alto de sobrepeso en la edad infantil-juvenil (26,2% entre los 6 y 9 años y un 18% de obesidad); lo que plantea un grave problema de salud, además de que conlleva un aumento en el riesgo de padecer enfermedades crónicas. Entre los factores de riesgo que pueden explicar estas tasas de sob repeso y obesidad infantil destacan una alimentación desequilibrada y un estilo de vida sedentario.
Para los expertos, la alimentación ideal en la infancia es una dieta rica en cereales, verduras, frutas, legumbres, pescado y aceite de oliva. Por el contrario, se deben evitar los alimentos ricos en grasas saturadas, azúcares refinados y bebidas azucaradas. E insisten en que la comida debe ser una experiencia grata para el niño, por lo que se deben preparar menús sanos, atractivos y apetecibles. La familia y el entorno escolar deben favorecer esta conducta alimentaria para promover hábitos saludables desde edades tempranas y fomentar la educación en alimentación.
Los especialistas coinciden en el incremento de verduras a 5 raciones al día, y destacan la importancia nutricional de estos alimentos en el desarrollo de niños y jóvenes. Por eso, es necesario incorporar una serie de pautas para lograr que las verduras adquieran una mayor presencia en la dieta de los más pequeños. Para ello, se ha de intentar ser imaginativos y buscar la manera de hacerlas atractivas. También es bueno que los niños y adolescentes los conozcan y se familiaricen con ellas, acompañando a la hora de hacer la compra o ayudando en su preparación en la cocina, etc. Es fundamental la exposición temprana a estos sabores en el primer año de vida, puesto que es una buena garantía para que los consuman en el futuro.
Son fundamentales. Las verduras, en general, aportan fibra, vitaminas y minerales. Contienen mucho potasio y poco sodio. Las verduras de hoja verde, como las espinacas, son ricas en magnesio, calcio y vitamina K. Las verduras de colores, como los tomates, zanahorias y pimientos, son fuente de antioxidantes y vitamina A. Aportan hidratos de carbono de absorción lenta y fibra dietética que previene del estreñimiento y las enfermedades intestinales. Existen técnicas de cocina muy sencillas, que permiten preparar de forma rápida las verduras convirtiéndolas en un manjar para los niños. En este sentido, en el congelador no deben faltar las verduras congeladas, que pueden aportar mucha diversidad, rapidez y comodidad a la hora de realizar platos con verduras.
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