¿Por qué es fundamental comer verduras congeladas?
Las verduras son fundamentales en la dieta diaria por la gran cantidad de beneficios que aportan y porque mantienen al organismo vivo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el consumo diario de unas cinco porciones de frutas y verduras, ya que previenen de aquellas enfermedades denominadas crónicas no transmisibles, entre las cuales se encuentran la diabetes, la obesidad, las enfermedades cardiovasculares o algunos tipos de cáncer.
Las verduras en general, junto a las frutas, ocupan un papel esencial en la pirámide nutricional. Según la pirámide presentada por la Sociedad Española de Nutrición en 2015, estos alimentos alcanzan el segundo eslabón. En el primer peldaño, se hallan aquellos productos que provienen del grano como son las pastas, los cereales, el pan o el maíz, entre otros.
Teniendo en cuenta la importancia de incluir las verduras en la dieta de cualquier persona, las verduras congeladas, por su parte, son una excelente alternativa a las denominadas “frescas”. Gracias a su proceso de ultracongelación, no solo retienen las vitaminas, las fibras y los minerales, sino que además son casi igual de nutritivas que las recién recogidas de la tierra.
Y es que la ultracongelación es capaz de conservar los valores nutritivos y organolépticos de las verduras. Este proceso de conservación además permite mantenerlas en buenas condiciones, evitando así la proliferación de patógenos y su posible degradación. Todo ello es posible, ya que las verduras, tras ser recolectadas y sin dejar que maduren de forma excesiva, se ultracongelan lo más rápido posible. Desde la fase de producción hasta el instante en el que se congelan las verduras, se lleva a cabo una serie de controles. Por un lado, se pretende garantizar que el consumo sea completamente seguro y saludable, y por otro lado, se pretende conservar la frescura en cada uno de los vegetales.
Así pues, otra de las ventajas que gira en torno a su consumo es que este tipo de alimento no contiene conservantes ni aditivos. Siempre se encuentran disponibles porque pueden adquirirse cuando se desee, sin importar la temporada en la que se recogen de los campos españoles.
Las verduras congeladas se pueden almacenar en el congelador durante un largo periodo, pues no hay que olvidar que su tiempo de vida es alto. En el momento de preparar alguna variedad de verdura congelada, el consumidor decide la cantidad que desea cocinar, mientras que el resto se puede volver a guardar en el refrigerador sin ningún problema. No obstante, cabe recordar que los alimentos congelados también caducan, y es por ello que siempre hay que echar un vistazo a la fecha de caducidad indicada por el fabricante en los embalajes.
Haciendo hincapié en que las verduras congeladas ya vienen lavadas, cortadas y listas para ser cocinadas, cabe decir que la dificultad a la hora de prepararlas y servirlas es menor que la de las frescas. Además, estas últimas requieren más tiempo en cuanto a su elaboración; y tiempo es lo que no tienen muchos consumidores hoy en día. En este aspecto, las verduras congeladas son la opción perfecta para ahorrar horas en la cocina, sin tener que renunciar a la preparación de las recetas culinarias más sorprendentes y sabrosas.
En este sentido, el tiempo es uno principales motivos que lleva a los españoles a comprar productos congelados. Dichos productos están adquiriendo un gran protagonismo, puesto que casi 7 de cada 10 hogares consumen estos alimentos a la semana, según un estudio realizado por la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA) y la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU).
El bolsillo es a su vez otro factor clave en la decisión de adquirir productos congelados. En el caso de las verduras, su precio es más económico, pues éstas se recolectan en las épocas de mayor oferta. El hecho de que la congelación se produzca de manera inmediata hace que la relación calidad-precio de estos alimentos sea muy buena.
Deja una respuesta