Con ayuda de un vaso batidor metemos todos los ingredientes sin descongelar y mezclamos bien hasta conseguir que todos los sabores se unan armónicamente. Probamos y corregimos de azúcar o de leche de chufas según el gusto.
Metemos nuestra mezcla en unos moldes de polo y congelar, por lo menos de cuatro a seis horas.
Una vez transcurrido ese tiempo, ¡Ya se pueden disfrutar!