La alimentación es fundamental para el cuidado y desarrollo del cerebro, así lo han demostrado numerosos estudios realizados en los últimos años. El último de ellos, liderado por científicos de la Universidad de Illinois, en EEUU, ha descubierto que la luteína – un pigmento presente en plantas, algas o la yema del huevo – está vinculada a la “inteligencia cristalizada” de las personas mayores.
La luteína es uno de los pigmentos vegetales que adquirimos a través de la alimentación. Lo encontramos en verduras de hoja verde, verduras crucíferas (col, coles de Bruselas, col rizada, lombarda, col china, brócoli, coliflor, repollo, rábanos) o yemas de huevo.
El estudio contó con la participación de 122 adultos sanos de entre 65 y 75 años que resolvieron problemas y contestaron preguntas en una prueba estándar de inteligencia cristalizada. Como inteligencia cristalizada se entiende el nivel de aprendizaje y conocimientos adquiridos por un individuo a lo largo de su vida, y su capacidad de utilizar estas habilidades. Se evalúa a partir de tests de capacidades verbales y conocimientos.
http://journal.frontiersin.org/article/10.3389/fnagi.2016.00297/full