La cebolla, Allium cepa, pertenece a la familia de las Liliáceas, entre las que también se encuentran el puerro, el ajo y el espárrago. Es una planta de climas templados aunque llega a tolerar temperaturas bajo cero en las primeras fases de cultivo. Para la maduración de la variedad precoz se necesitan temperaturas más altas y días más largos como los de primavera y para la variedad más tardía son óptimos los días de verano y otoño.
Existen multitud de cebollas con formas y colores diferentes pero la que más destaca en nuestra península es la cebolla Blanca de España. Es de mayor tamaño, de sabor dulce y algo precoz.
La cebolla presenta un aporte calórico bajo y es considerado un alimento fundamental para el buen funcionamiento del organismo. Es fuente de fibra, minerales y vitaminas siendo el agua su componente mayoritario.
El potasio es el mineral mayoritario aunque también contiene hierro, magnesio, calcio y fósforo. En cuanto a vitaminas, la cebolla contiene cantidades significativas de vitamina C y vitamina B, importante para la producción de glóbulos blancos y rojos.
Es beneficiosa contra enfermedades del aparato respiratorio porque tiene efecto antibiótico y es capaz de deshacer la mucosa. Su consumo habitual también mejora la fluidez de la sangre y reduce el riesgo de complicaciones cardiacas graves.
Favorece la eliminación de sustancias de deshecho, reduce los niveles de glucosa en sangre, estimula la acción desintoxicante del hígado y se relaciona con una menor producción de células tumorales y neutralización de las cancerígenas.