¿Cómo comer verduras? Plato principal, guarnición, batidos, cremas
En muchas ocasiones hemos hablado de la importancia que tiene consumir verduras a diario, dadas sus innumerables propiedades y beneficios para la salud. Desde hace tiempo, la Organización Mundial de la Salud viene lanzando diferentes campañas en las que se recomienda un consumo mínimo de 400 g de frutas y verduras al día, lo que equivale a cinco porciones diarias.
La realidad, que a pesar de las recomendaciones y del conocimiento de la población – en cuanto a los beneficios para la salud – las verduras son uno de los alimentos con menos adeptos entre niños y adultos.
Algunos estudios señalan que el sabor amargo del calcio, muy presente en variedades de verduras como las espinacas, las acelgas, la col, la cebolla, el cardo o el brócoli, puede ser uno de los factores, a nivel sensorial, que influyen negativamente en su consumo.
Por otra parte, los expertos no dejan de insistir en la importancia que tiene incorporar verduras a la dieta diaria. Su alto contenido en vitaminas, fibra, minerales, agua y sustancias antioxidantes, las convierten en un alimento vital para conseguir un estilo de vida saludable.
Además, otras de las cualidades más positivas de estos alimentos son su bajo aporte calórico y que no contienen colesterol. Sin olvidar que las verduras ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares, de obesidad, diabetes del adulto y algunos tipos de cáncer.
En este sentido, y dada la importancia de incluir verduras en la dieta diaria, las verduras congeladas se posicionan como una excelente alternativa a las denominadas “frescas”. Gracias al proceso de ultracongelación al que se someten, permite que puedan llegar a la mesa del consumidor prácticamente en las mismas condiciones y con la misma calidad con la que son recogidas en la huerta.
Por lo que las verduras congeladas son la opción perfecta para ahorrar horas en la cocina, sin tener que renunciar a la preparación de las recetas culinarias más saludables, sorprendentes y sabrosas.
Con el objeto de cambiar la tendencia, es decir, que niños y mayores adquieran el hábito de consumir verduras de forma recurrente, se deben de tener en consideración varios aspectos. En primer lugar, que las verduras estén siempre a la vista, ya sea en la mesa familiar o en el menú de los colegios. Por otro lado, para comenzar a educar desde edades tempranas en el hábito de la comida saludable, sería bueno que los más pequeños acompañen a realizar la compra, introduciendo en la bolsa ellos mismos los productos que se van a cocinar, entre ellos, las verduras congeladas. Finalmente, también es interesante que los más pequeños intervengan en la elaboración de los platos, ayudando a cocinarlos.
Padres y educadores deberían apostar por desarrollar recetas creativas y originales, que consigan acaparar la atención de los niños y que les resulten más atractivas a la vista.
Pero, ¿cómo comer las verduras congeladas? La mayoría de personas lo hacen a modo de guarnición – acompañando carnes, aves o pescados –pero no se debe quedar en una mera ensalada o acompañamiento, si queremos aprovechar todos los efectos positivos que tienen sobre la salud.
Las verduras se pueden consumir de mil maneras, calientes o frías, dulces o saladas… Desde sopas, brochetas, tortilla o batidos…hasta originales helados en verano e incluso, cambiando la tradicional hamburguesa por una hamburguesa de brócoli. Las variedades son tan ricas, tan diferentes, que permiten que podamos contar con ellas para realizar platos saludables y que no falten en la mesa en cualquier día del año.
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