Pertenece a la familia de las Curcubitáceas, al igual que la sandía, el melón o el pepino, y es una de las verduras más presente en todas las recetas gracias a su fácil digestión. La mejor temporada del calabacín es en los meses de verano pero se puede encontrar durante todo el año. La recolección en su momento óptimo de maduración y la ultra congelación posterior hace que conserven todas sus cualidades nutritivas y sabor.
La variedad Afrodite es una de las que mayor producción alcanzan al aire libre y está muy recomendada en los ciclos de primavera-verano. Se destina al consumo fresco o industrial y sus frutos son cilíndricos, de color verde oscuro y con un sabor algo amargo unido a un toque dulce.
El calabacín es una hortaliza de bajo aporte calórico gracias a que el 96 % de su composición es agua lo que lo convierte en un alimento idóneo en dietas de control de peso.
Destaca su riqueza en fibra, entre la que destacan los mucilagos, un tipo de fibra muy fácil de digerir que posee propiedades suavizantes sobre el aparato digestivo. Esto hace que sea un alimento recomendado para personas con problemas digestivos como la gastritis o el estreñimiento.
Presenta un importante poder diurético por su alto contenido en potasio que favorece la eliminación del exceso de líquidos del organismo.